crónica de carrera
Os voy a hablar de mi Marató UltraPirineu 2021. Pero no voy a empezar con el año y medio de entrenamiento, para que recordarlo, si los nervios previos son capaces de hacer que uno se eche atrás ante semejante reto! Y es que 42km son muchos kilómetros!! Tantos, que acabé movilizando a media familia (mi padre, mis tíos, mis tíos postizos catalanes, mi novio y mi perrita) para animarme, aunque nadie quería perderse este momento!
De repente, en mitad de un sueño intranquilo suena el despertador. Quién sabe si uno está dormido cuando la mente no para de dar vueltas! Cómo será el recorrido? Hará buen tiempo? Seré capaz de terminar? Son las 5:30 de la mañana y toca desayunar y terminar de llenar la mochila con la bolsa de agua (el resto de material obligatorio ya lo había guardado del día anterior).
Mientras tanto, los nervios van tomando el control de mi vejiga (y de mis tripas), algo muy habitual en mi antes de una carrera y más aún ante la Marató UltraPirineu 2021.
Salimos del apartamento de Bellver, aún son las 7:30 pero ya casi ha amanecido y el cielo está completamente azul. Por lo menos parece que no hace tanto frío como la mañana anterior. Cogemos el coche y tras cruzar el túnel que cruza bajo el Cadi, por donde luego pasaré corriendo, enseguida llegamos a Bagà. Como aparcar es imposible, mi padre nos deja a David y a mí junto al polideportivo y se vuelve a Bellver (aunque luego subirá con mis tíos al refugio de Niu).
David y nuestra perra Nika me acompañan al punto de salida pero de pronto empiezo a entrar en pánico. Resulta que todos y todas los que van a la carrera llevan una etiqueta colgando de la mochila! Etiqueta que, evidentemente yo no había colocado y para colmo estaba en el apartamento de Bellver!! Ahora solo falta que no me dejen pasar el control de acceso a la Plaza Porxada!! Menos mal, que David consigue calmarme y vemos cómo en el acceso a la Plaza no se fijan en dicha etiqueta.
Con un nudo en mi garganta me despido de David y Nika. Los nervios y la emoción se juntan y tengo que hacer un gran esfuerzo para contener las lágrimas mientras cruzo el control de acceso.
la marató
Ya solo quedan unos 15min para que de comienzo la carrera y la plaza está a rebosar. DepaRunner anima a cualquiera y tras una gran ovación a Emma Roca, comienza la cuenta atrás! 8, 7 6, 3, (que ha pasado con el 5?) 2, 1 Y YA! Vaya caos de cuenta atrás!
Empiezo a correr pero para nada, porque el tapón en la salida de la plaza lo hace imposible. Eso sí, al salir de la Calle Mayor (aunque es una de las calles más estrechas que he visto) podemos empezar a correr. La gente nos anima, intento ver a David pero es imposible, y enseguida le oigo llamarme, pero ya le he pasado! Los primeros kilómetros voy bien, avanzando poco a poco cuesta arriba y sin apenas caminar. El resto de los participantes van también de buen humor!
Llevamos 6km y es momento de ponerse serios porque comienza la subida al primer avituallamiento en el refugio Rebost. Toca coger fuerzas con una barrita y un gel. Entonces llego al zigzag y aquí mi primera sorpresa: hay una cola que ni para el Shambala!! Bueno, así puedo retomar fuerzas!
Sigue la subida hasta el Coll del Forn, desde donde comenzamos a correr cuesta abajo por un bonito bosque hasta el refugio de Rebost. Primera prueba superada! Consigo pasar el primer corte así que toca seguir subiendo!!
La emoción me empuja a pelear el siguiente tramo, casi 7km con 943m de subida, casi nada! Me pego al ritmo de los de delante que parece que me va bastante bien. Y como quien no quiere la cosa, salimos de la zona de bosque para llegar a la zona pelada de la alta montaña del Cadi. Ahora sí que se nota el frío! Las nubes cubren la cadena montañosa y ya no se puede disfrutar ni de las vistas ni del tiempo! Pero sé que es la parte más dura de la carrera y puedo con ella! Vamos en fila subiendo hacia el Serrat Gran, el terreno es un poco complicado y la pendiente exigente, pero el frío me obliga a ponerme los manguitos.
Toca bajar un corto tramo para afrontar la última subida al Niu d’Aliga. La niebla no nos deja ver dónde se encuentra pero ya se oyen los cencerros que la gente agita para animar a los corredores que pasan por el segundo avituallamiento. Y en cuanto empiezo a ver a gente, le reconozco a mi padre entre la multitud. Y otra vez con un nudo en la garganta! Sus ánimos y su emoción casi pueden conmigo! Ya en el avituallamiento, decido quitarme la camiseta empapada de sudor y me pongo la térmica de manga larga y el impermeable. El frío es intenso y comienzo a bajar con precaución.
Ahora sé que me toca un tramo largo hasta el próximo avituallamiento, con la subida al Penyes Altes de por medio (y mi temida bajada!). Poco a poco vamos avanzando, entre subidas y bajadas, pero parece que esta cima no llega nunca! Llegó a una fuerte subida, volvemos a estar en fila india y mis piernas empiezan a quejarse. Será está la subida a Penyes Altes? Un rato largo después descubro que sí, que ya llegamos a lo que parece la cima!
Respiro un poco para retomar fuerzas y vamos para abajo! Y como no, otra cola más, pero esta vez para la cuerda que facilita el descenso de un tramo de rocas. Consigo bajar sin mucha complicación pero los siguientes kilómetros tampoco son fáciles, de hecho tengo que apoyar el culo en un par de rocas para salvar la papeleta!
El camino deja de precipitarse al vacío y se convierte en un rápido sendero que poco a poco nos acerca al Coll de Pendis. Sin embargo es más tarde que pronto, ya que no llega nunca. El sendero se convierte en una pista y aunque consigo bajar bien, en cuanto toca una subida, mis piernas se ponen en huelga! Son varios tramos así, bajada y subida (suave pero infernal). Y el collado? Donde está? Será en esta curva? No, quizá en la siguiente? Tampoco! Llevo los ánimos por el suelo, esto no es lo que yo me esperaba de una maratón! Con tanto entrenamiento pensaba que lo haría más fácil pero es una pelea constante!
La agonía la voy venciendo mentalmente, y eso sí que es gracias a los entrenamientos! Muchas horas solo por el monte dan qué pensar y cuando llega la pared, que siempre llega, es importante darle la vuelta, saber que el esfuerzo no es en vano y que tengo a mucha gente detrás siguiendo mi carrera virtualmente. Por fin alcanzo el punto de control de Pendis y empiezo a bajar al penúltimo avituallamiento en el Refugio de Sant Jordi. El zigzag se hace cansino, pero ya lo que me importa es llegar al refugio.
Uf! Ya no puedo con el calor! Llegó al refugio y mientras intento abrir la bolsa de agua me tomo un trago de Coca-Cola. Toca otro cambio de ropa y con la nueva camiseta sequita vuelvo a la carrera con la emoción de que solo quedan 12km para la meta.
El camino sigue bajando y ahora sí que empieza a complicarse. Llegamos a Els Empedrats, un zigzag continuo que salta entre rocas y cruza el río demasiadas veces. Aquí me junto a un chaval muy majo y vamos juntos a buen ritmo hasta que yo, como buena ágil sílfide que soy, me empiezo a descolgar entre rocas y roca. Un tropezón y casi me voy contra las rocas, de buena me he librado! Sin embargo, un poco más adelante, vemos a otro trail runner atendido por los voluntarios de la carrera con la cara vendada y una manta térmica. Pobre chaval! Estará bien?
Sin casi esperarlo vuelvo a oír las campanas de los ángeles, bueno, los cencerros del público que son como cantos de sirena anunciando el último refugio! Un poco de rico espetec catalán y a por los últimos 6km!
Qué iluso! Parecía que iban a ser fáciles y rápidos, pero enseguida el camino vuelve a hacer de las suyas con una subida. Comparada con las anteriores es cosa de risa pero mis piernas y pies ya no piensan igual que yo! Para que me habré apuntado a una cosa así? Enserio necesito esto? Ahora me toca ir bastante solo. Hace rato que las largas filas se han dispersado y no me cruzo con casi nadie.
Después del gran esfuerzo, comienzo a correr por una pista que desciende muy suavemente. La Coca-Cola empieza a fastidiarme con gases incómodos. No tenía que haberla tomado! En una curva despejada, por fin veo Bagà, y está muchísimo más lejos de lo que me esperaba! ¿PERO QUÉ BROMA ES ESTA? Así no voy a llegar! Pero tras la siguiente curva, al fondo de una recta, veo al chico de antes caminando. Qué bien, un poco de compañía! Avanzamos juntos, Oscar (qué así me confirma que se llama) y yo nos animamos para continuar.
Dos túneles y empezamos a bajar a Bagà. Y ya se empiezan a escuchar los aplausos de la gente y unos ladridos que reconozco de Nika que estaba junto a David a las puertas del pueblo. Para rematar la llegada a alguien se le ocurrió poner una cuesta y cómo yo no doy más de mi, subo caminando. Óscar no sé detiene y continua eufórico hacia la meta.
Los aplausos de la gente y un «Ánimo Iontxu» inconfundible de mi padre hacen que deje los bastones para terminar los últimos metros corriendo hasta cruzar la dura y ansiada meta en Bagà, después de 7 horas y 43 minutos.
el final
Mi cara lo dice todo! Un final tremendo, un cansancio brutal y mi cabeza diciendo: al fin he llegado, pero una y no más! Sin embargo, ahora que estoy escribiendo estas líneas una semana después de la carrera, ya me está picando el gusanillo para apuntarme a otra.
Ahora en casa, analizando la pedazo de prueba que he sido capaz de concluir, quería guardar la medalla de una forma especial. El caso es que en mi trabajo, Varela Sellos, podemos grabar con láser casi cualquier cosa y se me ocurrió personalizar un taco de madera para pegar la medalla y guardarlo como un pequeño trofeo. Si te gusta y has sido finisher de la carrera, puedes tener el tuyo en poco tiempo aquí.
video resumen
Por último, os dejo con el video resumen que he hecho con el material grabado durante la carrera. Espero que os guste!