Perfil y mapa
Esta ruta presenta un nivel de dificultad medio. La mayor parte del recorrido presenta un desnivel suave (11% de media), sin embargo, al final de la excursión el desnivel es mucho más acusado, encontrando pendientes del 57%. Lo más complicado de esta excursión es el cansancio psicológico debido a lo monotonía del recorrido, ya que prácticamente en todo el camino se puede ver la cima, sin embargo no se sabe cuándo se llegará.
El terreno, por lo general es de grava y piedra suelta, por lo que se recomienda el uso de bastones para obtener una marcha más firme y estable. Esta ruta presenta un punto en los que habrá que poner especial atención por posibles riesgos de caída en altura ya que el tramo final de la ascensión a la cima se estrecha y contiene más piedras sueltas.
Dado que el recorrido es largo se recomienda el aprovisionamiento de agua y llevar comida de aporte energético. A pesar de que en la cima exista tienda y observatorio, son sólo accesibles para los visitantes que acceden desde el teleférico.
Esta ruta es válida tanto para BTT como para realizar Trail Running, sin embargo hay algunos tramos con rocas.
A continuación se muestran el perfil y el mapa de esta ruta.
Cómo llegar.
Esta etapa parte desde el aparcamiento situado en el Col du Tourmalet, a unos 12km de Barèges. Para llegar se toma la carretera D918 que parte de Luz-Saint-Sauver, atraviesa Barèges y continúa hasta alcanzar el Col. Punto de obligada visita para todos los amantes del ciclismo y del Tour de Francia. Una vez que se tiene el equipo preparado se toma el camino que sube por la izquierda de la tienda de souvenirs, por una pista ancha por la que suelen subir únicamente vehículos autorizados. La etapa comienza desde una altitud de 2.115m aproximadamente.
La ruta
Dejando atrás la localidad de Barèges, la carretera serpentea por las laderas del Pic du Tourmalet (2.486m), salvando un desnivel de más de 400m contando desde el aparcamiento de las pistas de esquiar de Super Barèges hasta alcanzar el Col du Tourmalet (2.115m) y punto de partida de esta ruta. Este collado, situado entre los picos del Tourmalet y d’Espade (2.467m), es mundialmente conocido por los miles de ciclistas que lo han sufrido durante su paso por el Tour de Francia. Desde que en 1910 se ascendiera por primera vez, es el puerto de montaña que más veces se ha incluido en el Tour.
Dejando el coche en el aparcamiento existente del Col du Tourmalet, esta ruta comienza tomando la pista que asciende lenta y pausadamente desde la tienda de souvenirs (dejándola a mano derecha). Debido a que el punto de partida es muy visitado por los turistas y ciclistas, se recomienda comenzar la excursión lo antes posible para poder tener un sitio donde aparcar ya que el aparcamiento no es excesivamente grande. La pista comienza dirigiendo los pasos del caminante hacia el oeste, hacia Barèges y en seguida describe una curva cerrada hacia la derecha, mostrando nuevas vistas del valle que descansa bastante más abajo.
Tramo incial.
Mirando hacia Barèges, se pueden distinguir a mano izquierda del valle y de izquierda a derecha (si el tiempo acompaña) el Pic d’Espade (2.467m), el Pic de Campana (2.369m), el Pic de Caoubère (2.496m) el Pic d’Izes (2.395m), la Soum de la Piquette (2.302m) y el Pic d’Ayre (2.416m). Por delante, la pista sigue, pasando por la vaguada de Coume l’Ayse, pista de esquí en invierno y zona de paragliding en verano, otro tipo de deporte de aventura que se puede practicar en el Pirineo. Con la cresta del Tourmalet a mano derecha, y sobre la cabeza el camino sigue tomando altura suavemente. Tras atravesar un par de túneles, enseguida se aprecia la proximidad al Pic du Midi, sin embargo, la pista sigue casi sin descanso, sin dar tregua, por un monótono y largo paseo que hasta llegar a la altura del Lac d’Oncet parece no tener fin.
Antes del llegar cerca del lago, existe un pequeño sendero que desciende hasta el mismo, pero se continuará por la pista hasta alcanzar el Col de Sencours (2.360m). Este pequeño lago, situado más abajo del camino, descansa a 2.260m de altitud y está rodeado por La Bonida (2.529m), el Pic d’Oncet (2.607m), el Pène Blanque (2.743m) y por el objetivo de esta ruta, el Pic du Midi de Bigorre (2.877m). En el Col de Sencours se observa edificación abandonada, correspondiente a un observatorio meteorológico provisional construido en el año 1873, mientras se construía el situado en la cima del Pic du Midi (éste último inaugurado en 1882).
Tamo intermedio.
Una vez sobrepasado el lago de aguas verdes invernales, se continúa por la pista hacia arriba, bordeando la estructura. Un segundo y nuevo tramo comienza, un zigzag que muestra la cara norte del Cap de Sencours (2.464m), pero que sigue poniendo a prueba al caminante, con pendientes algo mas pronunciadas y largas rectas que se hacen interminables con sorpresas en cada cambio de dirección. Sorpresas como que uno se encuentra el camino oculto bajo dos metros de nieve en pleno mes de agosto. Debido a que las curvas están bien protegidas por altas paredes, la nieve acumulada durante el invierno y convertida ahora en hielo, encuentra un buen resguardo del sol, prolongando su estancia hasta bien entrado el verano. Estos bancos de nieve llevan un paso semi-abierto por excursionistas anteriores que facilitan la marcha a nuevos caminantes.
Cinco largos tramos rectos seguidos por cinco curvas llenas de nieve dan paso a una explanada, donde se sitúa el refugio Hôtellerie des Laquets (2.578m aprox.), lugar ideal para tomar el último respiro antes de atacar al tramo final, otro zigzag sobre la cresta del monte. A lo largo de estos dos últimos kilómetros se ha salvado un desnivel de más de 200m. Este pequeño refugio estuvo operativo hasta el año 2000, dando servicio a los montañeros que visitaban la zona y para los trabajadores de la construcción del nuevo observatorio situado en la cima del Pic du Midi de Bigorre. Desde que se finalizó la telecabina que lleva a los turistas hasta esta cima desde La Mongie, el camino quedó en desuso y por tanto el refugio cerró sus puertas.
Tramo final.
Dejando la edificación a la espalda, se continúa por la pista hasta el Col des Laquets a 2.637m. Desde aquí se puede observar el otro lado de la montaña, la región de Bigorre. Siguiendo la pista, unos 250m más adelante del collado, aparece un sendero a mano izquierda por el que habrá que comenzar a subir para alcanzar la cima. Este nuevo sendero, serpentea ahora por la ladera del Pic du Midi, acercando al caminante en cada curva impar a la amplia extensión que cae abruptamente hacia el norte, Bigorre. Cabe señalar que este último tramo es el más duro de la ruta tanto por la pendiente del mismo (en poco más de un kilómetro se van a ascender más de 200m, lo que hace una pendiente media del 23% aproximadamente) como por el terreno (muchas piedras sueltas que no garantizan un paso seguro).
Finalmente, el esfuerzo realizado es altamente recompensado por las vistas de los Pirineos al sur y las llanuras al norte, ahora sólo queda disfrutar, respirar y coger fuerzas para volver al punto de inicio. Desde esta cima se puede ver toda la cara norte de buena parte de los Pirineos, incluso es visible la famosa Brecha de Roland (ver libro anterior). A muchos montañeros les puede parecer una aberración este tipo de construcciones en las cimas, en las que además de un observatorio, hay un teleférico, un hotel, un restaurante, una amplia terraza e incluso una tienda de souvenirs.
Un poco de historia.
Por si fuera poco, únicamente se puede acceder al recinto si se ha pagado la entrada. Así que si no se accede desde la telecabina de La Mongie, no hay acceso al bar o a la tienda, por lo que más vale ir bien provisto de agua para llegar hasta la cima y volver. Este tipo de construcciones puede recordar a las de Baños de Panticosa. Si que es verdad que gracias a la construcción de teleféricos como éste, muchas personas con movilidad reducida son capaces de ver el mundo tal y como lo hacen y lo han hecho los montañeros hasta ahora. Entre ellos cabría destacar Henry Russell (1834-1909) un enamorado de los Pirineos.
El gran amante de los Pirineos del siglo XIX dedicó gran parte de su vida al conocimiento inagotable de las altas montañas que se extienden a ambos lados de la cordillera. Siempre impregnado del espíritu romántico de su época. Se ha dicho con frecuencia que Julio Verne pudo documentarse en el viaje de Russell para su novela «Michel Strogoff». Y que incluso el joven Henry pudo inspirar al gran escritor francés el personaje Phileas Fogg. El protagonista de «La vuelta al mundo en ochenta días». Desde aquí toca despedirse de la cúpula y regresar, siguiendo el mismo camino, hasta el Col du Tourmalet bajando los 761m que separan ambos puntos. Es ahora, en el camino de bajada cuando se puede disfrutar de las vistas de la cordillera montañesa tan espectacular conocida como Los Pirineos y que separa Francia de España.
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